En 1960 en Méjico, Concha Méndez reúne a sus amigas y compañeras de exilio a causa de la Guerra Civil Española para rodar una película. El celuloide documenta el trato que la primera Embajadora de España, Isabel Oyarzábal Smith, recibió del Embajador saliente en la Embajada de Estocolmo con el conflicto bélico español de fondo. El embajador le impidió ocupar su cargo. En el rodaje la directora y las actrices asumen con un humor teñido de dolor que aquella puerta cerrada y aquel embajador simbolizan todos los obstáculos y negaciones que afronta la Mujer para avanzar.
A partir de este acontecimiento se pone de manifiesto la importancia de lo que desarrollaron y crearon tantas mujeres en España en los distintos ámbitos de la cultura, la ciencia, la política y la sociedad, antes y después del Exilio.